
El biocombustible de Finnair, mezclado al 50% con combustible de aviación común, está producido a partir de aceite vegetal reciclado. La empresa asegura que solo utilizará biocarbutantes social, ecológica y económicamente sostenibles, lo que significa que el cultivo de la biomasa utilizada en su producción debe reducir de forma significativa las emisiones de gas invernadero, no debe comprometer la producción de alimentos ni suponer la degradación de la biodiversidad o el aumento de la deforestación, toda una serie de peligros en manos de los que confunden ecología con simple negocio.