viernes, 8 de junio de 2012

Enchufados por doquier

Hay una cosa que me toca mucho las narices, y es la cantidad de gente enchufada que hay en este país. Sé que sonará polémico, que a más de uno le escocerá lo que pienso, pero uno de los problemas que nos han llevado a la situación en la que estamos es ese, precisamente.

Sí, los políticos lo han hecho y lo siguen haciendo mal, y crearon la burbuja inmobiliaria con una liberalización del suelo que abrió el camino a la especulación. Sí, también es verdad que los responsables de los bancos y cajas no lo han hecho mejor, y se aprovecharon mientras pudieron de que hasta el becario de turno quería comprarse una casa con una nómina ridícula, y ahora los quieren dejar en la calle mientras piden ayuda al gobierno.

Pero vamos al fondo de la cuestión: ¿por qué no tenemos capacidad para aguantar los embates de los especuladores financieros? Porque nuestra productividad es ridícula, rozando lo insultante. No somos un país de gañanes, pero sí de enchufados, y ocurre que hay mucha gente poco preparada, o simplemente sin ganas de trabajar pero bien situada, ganando buenos sueldos, por encima de la media de sus propios compañeros.

Quede claro que no me refiero a todos, que hay gente cuyo apellido le ha podido facilitar las cosas pero que día a día demuestran que merecen estar donde están. Pero ¿y esos que no dan un palo al agua y tienen a compañeros y subordinados partiéndose la espalda para cubrir los objetivos del departamento?

También están, por supuesto, los que se ganaron su puesto a pulso y una vez ahí, empezaron a acumular trienios en proporción inversamente proporcional a la calidad y cantidad de su trabajo. Y ni me refiero sólo a los funcionarios ni, por supuesto, me parece justo que algunos funcionarios hayan dado esa fama a todo su gremio, porque tampoco es así.

Conozco de primera mano, por ejemplo, un caso de una empresa privada en que de seis personas con la misma categoría laboral, tres hacían todo el trabajo, y entre los tres no juntaban el sueldo de uno de los otros. Y luego hacen un ERE y adivinad a quién mandan a casa, ¿acaso alguien que haya visto un ERE de cerca piensa todavía que echan a los que menos producen, a los que entorpecen la buena marcha de la empresa? Así nos luce el pelo.

Una razón más por la que los emprendedores levantarán este país. Con el trabajo que les cuesta, como para colocar a un inútil a sueldo.

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